Zapping en el lecho de muerte

Mi tio silvio me dijo la noche anterior que si puedo quedarme en casa a descansar hoy, que lo haga.

No es que me cueste mucho decidirme, a esta altura del año lo que menos tengo, es ganas de ir a la facultad- menos si voy a morirme pronto-.

Me quedo en mi casa, echada como un perro peludo en pleno verano.

Miro la tele toda la tarde, parece que estoy obsesionada o que la gente que arma la agenda de programación me espia, porque la tele habla todo el tiempo de muertes y enfermedades.

Y me siento tan mal que cuando me llama mi tio silvio y habla con la voz mas baja del mundo casi con los labios cerrados, siento que estoy acompañada.

Mi mamá llama, pregunta si estoy mejor, está convencida que es algo que comi y su argumento de toda la vida que reza sobre comer mejor y bajar de peso cobra mas valor que nunca.

De nuevo tomo té, y la torta de mi cumpleaños en la heladera parece veneno.

Mi tío pregunta: ¿vas al baño? ¿cada cuanto? ¿que consistencia tiene?

Yo la verdad es que no creo que mi dolor tenga algo que ver con necesitar un activia o secarme comiendo arroz.

Yo creo que me voy a morir, pero bueno...si nadie me cree no me queda otra que quedarme en la cama viendo tele.

Mientras estoy casi en mi lecho de muerte sigo pensando en la facultad.

El trabajo de Psicologia social, el proximo parcial de general.

Quizas tenga suerte y sufra un poco mas antes de morir.

O quizas no me muero y tengo que bancarme que me vaya mal.

Si fuera flaca esto no me pasaría.

Las flacas son felices y si mueren es por ponerse tetas.